Mazu para arreglar el castro de la bolera, en el propio castro. Imagen: David Solís, 2019
Brendan Foncueva, Jesús Montes, David Solís.
En la pequeña localidad de Cofiñu, en el concejo de Parres, se levanta una bolera de aquellas antiguas de pueblo, en el que tantas tardes de domingo jugaban nuestros abuelos. La bolera se encuentra en el barrio de El Moriscu y pertenece hoy a Carmen Noriega Fernández.
Fue propiedad de Balbina y Rita López Rodríguez hasta los años 70, y posteriormente de Elías Noriega y María Consuelo Fernández, hasta principios de los años 80, a partir de esa fecha se jugaba muy esporádicamente y en los meses de verano cuando acudían turistas al pueblo.
La bolera tiene una longitud de veintiún metros, y el castro, un diámetro de cuatro.
Hubo unos años de parón hasta que la cogieron los abuelos de David. Desde entonces se volvió a jugar los domingos, durante una buena t e m p o r a d a . S e j u g a b a después de misa, porque la gente aficionada vivía en Oviedo o Gijón y venían los fines de semana.
Las principales partidas eran contra Fíos, Villar, La Salgar y Arriondas. Y los mejores jugadores eran Prida, Momi, Pepe, Pachu y Quique.
Nos cuenta Francisco López Carús, (vecino de Cofiñu), que en 1956 se jugó una partida, Villar de la Cuesta contra Cofiñu. La dueña del bar, Balbina, se puso a preparar un picoteo para después de la partida. Unos instantes antes, un grupo de unas 10 personas bajó del monte y preguntaron si tenía algo para comer, entonces Balbina tuvo que comenzar a preparar más pinchos, y para ello hubo de pedir ayuda a su hermano Pepe, un gran jugador, que si ayudaba a su hermana no podía jugar contra los de Villar. Pepe llamó a Francisco López “Pachu” para que jugara, pero P a c h u , q u e p o r a q u e l entonces tenía unos 16 o 17 años, sabía que si perdía tenía que pagar la apuesta que se les había hecho a los de Villar.
Pepe se dio cuenta y le dijo “tu juega por mi y si perdéis ya pago yo no te preocupes”. Finalmente, Pachu aceptó. Al comienzo de la partida, Sindo, al enterarse de que Pepe no jugaría y que p r o b a b l e m e n t e C o f i ñ u perdiese, decide no jugar, quedando compuesto el e q u i p o , e n e l ú l t i m o momento, por Pachu, Quique, Luis el de Dionisia y Pedrito. Contra todo pronóstico, el equipo de Cofiñu vence al de Villar por una amplia ventaja.
Francisco nos cuenta también esta otra anécdota:
“Había un señor que se llamaba Delfín que había venido de la Argentina y vivía en Cofiñu. Cuando tiraba y pasaba entre los bolos, como valía 4 puntos, esperaba a que le devolvieran esa misma bola porque decía “bola castigada 4 o nada”.