Carlos de Haes nació en Bruselas el 27 de enero de 1826, y falleció en Madrid el 17 de junio de 1898.
Haes consideraba que “el fin del arte es la verdad que se encuentra en la imitación de la naturaleza, fuente de toda belleza, por lo que el pintor debe imitar lo más fielmente posible la naturaleza, debe conocer la naturaleza y no dejarse llevar por la imaginación”.
Era partidario de trabajar al natural sólo los bocetos preparatorios, mientras que el cuadro final debía, según él, ser acabado con el trabajo clásico de taller.
El autor realiza obras muy representativas de paisajes simples, todos ellos relacionados con la naturaleza. Una de sus obras que más nos llamó la atención fue “Vista del Monasterio de Piedra”: en ella juega muy bien con el contraste de los colores en el cielo. El paisaje que componen las nubes y las rocas hacen que uno se sienta como si estuviera en dicho lugar, pues impresionan a simple vista.