Laura, Camila y Ángela.

María de las Alas Pumariño nació en Avilés, el 22 de agosto de 1915. Provenía de una familia acomodada y, durante su juventud, estudió en la Escuela de Comercio de Gijón. Vivió en la época de la Segunda República española, cuando decidió contraer nupcias con un anarquista. Su marido se alistó en el Ejército republicano, muriendo poco meses después de empezar el conflicto bélico, en 1936, en el frente de San Cucao de Llanera, haciendo que María se convirtiera en una “viuda roja”. Es en este tiempo cuando se da cuenta de las atrocidades cometidas en la Guerra Civil, al ayudar a los soldados heridos como enfermera en el Hospital de Sangre de Gijón. 

Años después, durante la dictadura, y tras enviudar de su segundo marido, empieza a manifestar su preocupación por la situación de las familias que habían perdido a familiares a manos del bando Nacional, ya que ellos eran los que más sufrían el castigo y la segregación por pertenecer al bando perdedor. María, que vivió en carne propia las vejaciones hacia las viudas, humilladas públicamente y obligadas a tener trabajos precarios para poder sustentar a sus familias, decidió tomar cartas en el asunto y, en 1977, consiguió anunciar en el diario El Comercio una reunión para todas las viudas rojas asturianas, sumando casi 3.000 mujeres ( sin contar las familias que dependían de ellas). Con ello, empieza a difundir la situación de estas viudas, visitando localidades asturianas y organizando asambleas en Gijón, y creando lazos de solidaridad con viudas del Ejército Republicano catalanas y vascas.

Ya en 1978, crea La Asociación de Viudas de la República “Rosario Acuña” ( que sigue ofreciendo sus servicios al día de hoy), lo que la impulsó a tener entrevistas con importantes líderes políticos, eclesiásticos o institucionales españoles, como la reina Sofía, a quien le escribió una carta explicando los conflictos y discriminaciones hacia las viudas republicanas. Estos esfuerzos dieron sus frutos, y en diciembre de 1993 se publica un real decreto que regulaba los derechos de las viudas de guerra en el Boletín Oficial del Estado.

En honor a María, quien murió el 09 de marzo de 2002 en Gijón, existe una calle con su nombre y una escuela, recalcando el protagonismo que tuvo en la lucha por los derechos de la mujer asturiana.