Gloria Gª Cuenco y Ana Montes. La fiesta de la Salud da comienzo oficialmente la noche del primer viernes después del día de Covadonga, cuando los habitantes de Cabrales celebran el inicio de sus fiestas congregándose en las calles de localidad.

El sábado a las once de la noche, comienza el Panorama. En él solo participan las mujeres, «de les más jóvenes a les más vieyes tienen que ir vestíes con mantones«. También es tradición añadir una dalia decorando el hombro, y la pandereta irá adornada con sus lazos característicos, que desde el año 2015 deben ser verdes, como los colores de la bandera del concejo.

Las mujeres recorren todo el pueblo de Carreña, hasta llegar finalmente a la capilla, donde le cantarán a la Virgen. El uso del mantón se debe a su procedencia, que es andaluza. Al salir de la ermita, seguirán tocando la pandereta hasta llegar a la calle principal donde tendrá lugar la quema de una figura de papel que cada año fabrica el carpinteru del pueblu.

Imágenes de FDEZ DÍAZ, Marilar.

Al día siguiente, el domingo, da comienzo El Ramu. A las doce de la mañana, delante del parque, se congregan moces y mozos (siempre hay más mujeres que hombres), vestidos de llaniscas y porruanos, para dar comienzo al paso. Un gran número de personas elige vestirse de cabraliega, la diferencia es el estampado de picos en el faldón y el mandil, en vez del típico patrón floral. Además, es tradición llevar joyas de coral y geranios en la chaquetilla.

Comenzado el paso, los hombres llevan la virgen a hombros, mientras que les moces los siguen tocando la pandereta. Así, dan una vuelta completa al pueblo, hasta llegar a la plaza situada al lado de la capilla. Allí, depositarán a la virgen al lado de una tarima y se iniciará la misa tradicional. En este caso, es al aire libre, aprovechando que este día del año siempre hace sol. La virgen siempre acompaña.

Cada cincuenta años, personas procedentes de todos los pueblos del concejo, acuden a la Salud en representación de los dieciocho pueblos, lo que crea una unión muy especial. La última vez que ocurrió fue en el año 2018, y los lazos de las panderetas de los representantes correspondían a los colores de los escudos de cada pueblo (los de Berodia eran amarillos; los de Puertas, morados; los de Inguanzo, azules, etc). De todos modos, pocas veces se ven personas de Arenas de Cabrales festejando la fecha, debido a la gran rivalidad existente entre la capital y este pueblo.

Una vez finalizada la misa, las familias se van a comer. Tras ello, a las doce de la noche, mientras la orquesta sigue sonando, el toro de fuego sale a la carretera general conducido por hombres, escorriendo a los presentes. Algo así como los encierros, pero en vez de utilizar a un animal, se emplea una estructura de hierro que intenta imitar al bovino. Los mozos más fuertes se sitúan el armazón sobre sus hombros y, si se cansan, siempre pueden retirarse; aunque esté comenzada la corrida, ya se meterá otro dentro. La tradición tiene en su haber muchos destrozos en los trajes de asturiana, debido a las chispas de los petardos.

El último día, el lunes por la noche, se celebra el popular Calderu. Su fama se debe a que los asistentes tienen que participar disfrazados. Junto con la charanga, dan una vuelta completa al pueblo hasta finalizar en la plaza, donde la fiesta es amenizada por un grupo de música de la zona.

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Fuentes y documentación:

  • Vídeo de FERNÁNDEZ DÍAZ, Marilar, hostelera de la zona.
  • VALLINES GONZÁLEZ, Mª Guadalupe, 89 años, vecina de Carreña.