Ana Montes y Gloria Gª Cuenco. Corría el año 1950 cuando el grupo del Corri-corri de Arenas fue contratado para actuar en Covadonga.

La imagen superior fue tomada en Sotu Cangues, en la zona que actualmente ocupa el hotel El Bricial. Desde Sotu, comenzaron a desfilar hasta el Santuario.

«A pata y vestidas de asturiana en pleno mes de agosto».

Conchita Fernández García


Y así fue como llegaron a su destino sin perder el compás, tras seis kilómetros y medio de trayecto, y dos horas de duración.

Una vez allí, se colocaron en frente de la Cruz, al lado de la estatua de Pelayo, y comenzaron a danzar.

«El bailín» es el hombre que debe iniciar el baile, saludando y acercándose a las mujeres. Ellas se muestran esquivas y rehuyen al hombre, quien las persigue expresando quejas por la indiferencia que le muestran. El bailín, cansado de insistir, se retira y ahora serán ellas quienes irán tras él; cuando él regresa, ellas huyen de nuevo. Las mujeres deslizan suavemente sus brazos y el hombre agita los brazos ostentosamente. Así es como da comienzo al Corri-corri.

El baile está marcado por un ritmo lento y un tono austero que lo convierten en una danza elegante. Acompañando a los bailarines, un grupo de mujeres llamadas “las tocadoras”, manejan la pandereta, el tambor y el tamboriu¹.

Haber sido invitados a bailar en Covadonga era un orgullo para ellos y para su baile. Lo que no sabían es que, gracias a ellas, en el 2019 la danza del Corri-corri sería nombrada Bien de Interes Cultural Inmaterial.

¹tamborio: tipo especial de pandereta que presenta un mango característica de Cabrales.

El Corri-corri

Anselmo de Caso.

Es de suyo el Corri-corri
Tan sumamente anticuado
Que no se sabe de nadie
Que diga quien lo ha inventado.

Antiguos son nuestros trajes Antiguos los abalorios
Y aun más antiguos
El tambor y los pandorios

Es de Arenas exclusiva
Esta danza regional,
Y aunque humildes sus mudanzas Se aprecia por lo moral.

Como bien recoge el poema, la danza es exclusiva de Arenas de Cabrales. No se sabe la razón. Quizá ella sea la causante de la enemistad de Arenas con la capital del concejo, Carreña. Desde que se tiene constancia, muy poca gente de otros pueblos lo ha bailado, y ninguna de la capital.