Nuestra redactora Ana Sánchez comprobando la medida de la ventana de un barracón. Imagen: Deva Benito.
Ana Sánchez, Deva Benito y Alba Pérez.
Nos hemos puesto en contacto con dos arquitectos cangueses que nos transmitieron una valoración, desde su perspectiva técnica, sobre las aulas portátiles de las que dispone nuestro centro educativo.
Entienden que en un principio estas aulas fueron colocadas de manera provisional, por lo que era lógico que no se les exigiera cumplir todas las condiciones técnicas aplicables a un edificio permanente, pero después de un uso tan intensivo y alargado en el tiempo, requerirían la revisión de las condiciones.
Las paredes y techos habituales en otros edificios, son capaces de regular el grado de humedad de la estancia para evitar condensaciones y conseguir un espacio confortable, y las aulas portátiles carecen de ello. Al estar construidas de un material plástico, no se produce ninguna inercia térmica, por lo que a los pocos minutos de tener la calefacción encendida las aulas pueden resultar sofocantes; y al apagarla, rápidamente se siente el frío.
Respecto a la iluminación, la luz natural y artificial no debe deslumbrar ni crear sombras, y deberían contar con unas persianas en buen estado para poder oscurecer en su totalidad las aulas durante las proyecciones.
La ventilación también da que pensar, pues cuentan únicamente con dos ventanas que suman 1,50 metros cuadrados. Según las medidas de estas aulas, que son 7 m. de ancho, y 5,75 m de largo, es decir 40,25 metros cuadrados, deberían tener una superficie de iluminación, por lo menos, del 18%, es decir, de 7,24 metros cuadrados. La superficie de ventilación debe de ser superior al 30% de la de iluminación (*). 2,17 metros cuadrados son de los que se debería disponer para la correcta ventilación, muy lejos del metro y medio cuadrado que tienen. Por lo que «el total de superficie disponible para ventilar de forma natural, no forzada, no es suficiente«, nos comentan.
En la encuesta que realizamos la semana pasada, observamos que las mayores críticas de los alumnos hacia los barracones eran sobre la climatización y sobre el ruido. Los arquitectos nos confirman que, efectivamente, los materiales de los barracones no son los mas adecuados. Otro parámetro a tener en cuenta es la altura del suelo al techo, que es de 2,21 metros. Esta medida es inadecuada tanto como para la acústica como para el confort en general (la altura mínima exigida para una vivienda es de 2,50 metros)
Como conclusión extraemos, que las aulas portátiles pueden ser útiles y adecuadas para «sacar de un apuro», es decir ante una situación extraordinaria como la que ocurría en 2014. Pero, tras 7 años y a pesar de ciertas mejoras -como la colocación de un techo para evitar el ruido de la lluvia (sin mucho éxito)- nos damos cuenta de que las condiciones de estas aulas no son la idóneas para impartir clase de un modo continuado. De ahí que actualmente se empleen sólo de forma ocasional o como espacio para Departamentos.
(*) Según el R.I.T.E. REGLAMENTO DE INSTALACIONES TERMICAS DE LOS EDIFICIOS.
RD 1027/2007 de 20 de julio, BOE 29-08-2007
(1) Palabras textuales de la arquitecta canguesa.