Dibujo Silvia González

Irati Aranzeta, Jimena Arena y Silvia González.

A lo largo de nuestra infancia experimentamos todo tipo de sueños, pues se trata de una etapa en la que la imaginación e ilusión juegan un gran papel. Sin embargo, los sueños más significativos suelen ser las pesadillas, debido a la angustia que pueden causar.

Sara Tarrés (1), licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona y postgraduada en Psicopatología Infantil, es madre de dos niños y actualmente miembro del grupo de trabajo de Inteligencia Emocional del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña. Atiende a nuestras preguntas.

¿Cómo se reflejan los problemas cotidianos que puede tener un niño, a la hora de dormir?

Los problemas cotidianos que pueden tener los niños y niñas suelen incidir en ámbitos como el de la alimentación o el sueño. De hecho, una de las señales o signos de alerta en que debemos fijarnos para saber si está ocurriendo algo, son los relacionados con problemas a la hora de dormir.

Por lo general, cualquier evento que esté generando malestar físico, emocional y/o psicológico en los niños va a aparecer por la noche en forma de dificultades para conciliar el sueño, despertares frecuentes y pesadillas.

¿Qué entendemos por el término “pesadillas”?

Las pesadillas son un tipo de parasomnia, es decir, un trastorno de la conducta que se produce durante el sueño asociado a episodios breves o parciales de despertar nocturnos. Las pesadillas son la parasomnia más común y frecuente

Suelen aparecer entre los 3 y los 6 años. Su prevalencia aumenta desde esta etapa hasta la adolescencia y va disminuyendo continuamente con la edad. Es decir, niños y adolescentes son más propensos a sufrir pesadillas que los adultos.

Como bien sabemos, se trata de sueños desagradables y terroríficos, que nos llenan de angustia hasta el punto de llegar a despertarnos.

Se diferencian de los terrores nocturnos, otro tipo de parasomnia más llamativa, porque las pesadillas:

• siempre aparecen en la fase REM (Raid Eye Moviment)

• se recuerda su contenido y algunos detalles sobre lo acontecido durante la pesadilla.

• en algunos casos podemos escuchar algún grito al final de la pesadilla.

¿Cuáles son las pesadillas más comunes durante la etapa infantil?

Los contenidos de sus malos sueños suelen ser: monstruos, brujas, lobos, animales feroces… que amenazan, atacan, devoran …

¿Qué síntomas presentan los niños mientras tienen pesadillas? ¿Cómo reaccionan ante este fenómeno al despertar?

Los síntomas más comunes son el miedo y la ansiedad en el momento de despertar. A diferencia de los terrores nocturnos que son mucho más llamativos y que producen mucha más preocupación entre los padres. En este último caso, el de los terrores nocturnos, se oye a los niños y niñas quejarse y gritar durante el sueño, tiemblan y sudan pero al despertar no recuerdan absolutamente nada.

Si el niño se despierta llorando por una pesadilla, hay que calmarlo, y tratar de explicarle que es un sueño, que nada de ese recuerdo tan fresco es verdad. Se le puede ofrecer un vaso de agua y podemos acompañarle un rato, contándole un cuento breve o hablar de cosas bonitas que le hayan pasado durante el día, hasta que disminuya el nivel de estrés y ansiedad.

¿Existe alguna forma de evitar tener pesadillas?

Lamento decir que no existe ningún modo para evitar tener pesadillas. Pero sí podemos minimizar su frecuencia, es decir, evitar que ocurran diariamente o manteniendo a los niños y niñas en un entorno tranquilo, estable lejos de situaciones violentas, agresivas o traumáticas, ya que son los principales disparadores de los malos sueños.

Es cierto que existen situaciones vitales a las que deberán hacer frente sin que las podamos evitar o mantenerles alejados, como son:

• la llegada de un hermano o hermana,

• un cambio de domicilio o colegio,

• el fallecimiento de algún familiar,

• la pérdida de una mascota,

• pasar por una enfermedad o intervención clínica,

• la separación de sus padres o las discusiones en el hogar.

Estas situaciones suelen generar gran malestar debido a la ansiedad, preocupación, celos, y/o tristeza que causan, emociones que reaparecen por la noche en forma de pesadillas

Para reducir las pesadillas de los niños y niñas las familias o cuidadores habituales deben de evitar que:

• Jueguen a juegos violentos en sus viodeoconsolas.

• Vean películas o escenas terroríficas.

• Contarles cuentos o historias de miedo.

Ayuda también a reducir y prevenir la frecuencia de las pesadillas,

• Acompañarles durante un tiempo en su habitación mientras se relajan antes de conciliar el sueño.

• Contarles un cuento, cantarles, hablar sobre cosas agradables que han sucedido a lo largo del día.

• Permitir que duerman con sus peluches y/o muñecos preferidos ya que son una compañía muy eficaz.

• Dejar una luz tenue, la puerta entreabierta, también les tranquiliza mucho y les ayuda a dormir.

• Durante el día animarles a que dibujen y jueguen. El dibujo y el juego son medios de expresión mediante los cuales los niños elaboran y expresan sus fantasías y conflictos. Con el juego y el dibujo dan salida a una parte de sus emociones que de otro modo podrían dar lugar a malos sueños.

¿Quién tiene mejor capacidad para recordar los sueños, los niños o los adultos?

Parece ser, según los estudios que se han realizado al respecto, que la capacidad para recordar los sueños está asociada a diferentes factores, entre ellos la edad. En este sentido las investigaciones apuntan que los sueños se recuerdan mejor durante la infancia y la adolescencia.

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(1) Sara Tarrés Corominas

COPC 15709

www.mamapsicologainfantil.com

Miembro del Grupo de Trabajo en Inteligencia Emocional del Colegio Oficial de la Psicología de Catalunya.

Autora de “Mis emociones al descubierto. Guía y cuaderno emocional para trabajar en familia” Editorial J. Salvatella.

Facilitadora de comunicación respetuosa “Cómo hablar a tus hijos”