Pacientes siendo evacuados del hospital en lanchas durante las inundaciones de 2010. Fotografía de Jorge Peteiro (1)

Miguel Menéndez, Julia Díaz, Ewan Sánchez.

El miércoles 16 de julio de 2010 tuvieron lugar notables inundaciones en Arriondas, causadas por la subida del río Sella, por la coincidencia de fuertes lluvias, el deshielo y la pleamar. Todo ello causó una gran riada qué provocó muchos daños materiales en el pueblo y sus alrededores. Una de las zonas más damnificadas por el suceso fue el barrio de Castañera, especialmente el Hospital del Oriente de Asturias Francisco Grande Covián. Más de once años después, entrevistamos a Carmen Isla, enfermera, para descubrir cómo se vivió desde dentro aquel trágico día, que muchos consideran el peor de la historia del Hospital de Arriondas:

¿Cuál fue la reacción del personal del hospital y de los pacientes ante la señal de evacuación?

Todos los trabajadores reaccionamos con mucho nerviosismo, ya que fue una situación de emergencia que nos pilló desprevenidos por completo. Sin embargo, pronto todo el mundo se volcó en el trabajo y se ofreció hacer lo que hiciese falta para ayudar, lo que permitió que hubiese una excelente organización. En cuanto a los pacientes, hubo muchos nervios, y algo de miedo, pero todos fueron muy colaborativos y disciplinados, siguiendo las instrucciones del personal desde el primer momento, lo que nos facilitó mucho el desalojo del edificio. Además todos se mostraron muy agradecidos con los trabajadores.

¿Cómo se realizó la evacuación?

Tuvimos mucha suerte de que la inundación ocurriese por la mañana, ya que todo el personal que ya estaba en el hospital se quedó para ayudar, y muchos más trabajadores fueron llegando como pudieron. Gracias a eso, pudimos contar con mucha gente. Lo primero que se hizo fue diseñar el plan de emergencia y subir el material de las plantas bajas a la planta más alta. Se cerró la entrada al hospital para todo el mundo, a excepción de situaciones en las que corriese peligro la vida de la persona, y en cuanto llegaron las ayudas, los pacientes empezaron a ser evacuados en lanchas. Esto fue posible gracias a que todas las empresas locales se ofrecieron para ayudar. Tras sacarlos del edificio, los pacientes fueron trasladados a otros hospitales del Principado en ambulancia.

¿Hasta donde llegó el agua? ¿Hubo muchos daños?

Hubo muchísimos daños materiales. Especialmente en la planta baja, dónde llego haber más de un metro de agua. En aquel momento, las historias de los pacientes aún eran de papel, y muchas de ellas se perdieron. También hubo muchos daños en la zona de diálisis y en la farmacia, ya que fueron los primeros sitios en los que entró del agua. Mucho material médico se dañó o se perdió.

¿Que tipo de ayudas recibió el hospital para evacuar a los pacientes?

En cuanto ayudas profesionales, vinieron los bomberos y el equipo de salvamento del Ejército para evacuar a pacientes. Por otro lado, fue igual de importante la colaboración espontánea de muchos comercios y empresas locales, por ejemplo de hostelería, que se ofrecieron a enviar comida a los trabajadores que íbamos a limpiar el hospital, o las empresas de piraguas, que se presentaron inmediatamente para ayudar con la evacuación. Incluso mucha gente del pueblo, los que no tenían daños en sus casas y podían llegar hasta el hospital, se ofrecieron a echar una mano para que, poco a poco, todo se fuese solucionando.

¿Cuánto se tardó en reparar los daños causados por la riada?

Tardamos unos 10 días en reabrir el hospital. Durante ese tiempo no se recibió a ningún paciente, pero los trabajadores continuamos yendo todos los días en nuestros horarios habituales para fregar, achicar el agua, reordenar documentos, o lo que hiciese falta.

¿Cuáles fueron las consecuencias a largo plazo de la riada?

Supongo que la consecuencia más importante es que, tras la inundación, nos dimos cuenta de que estábamos en una zona de peligro, y se empezó a poner mucha más atención al nivel del río, a las alertas hidrológicas, etcétera. Además, ahora ya no hace falta inventarse un plan de emergencias cada vez qué hay que evacuar el hospital, porque, desde 2010, ya está diseñado. Desde esta riada ya ha habido otras cuatro evacuaciones, y todas se realizaron de una forma mucho más fácil y fluida que la del 2010, aunque también es cierto que hasta el momento no ha vuelto a haber una riada tan grande como aquella.

¿Recibisteis alguna ayuda económica del gobierno para reparar los daños?

No. En el momento no recibimos ninguna ayuda económica, pero el gobierno prometió una inversión de 13 millones de euros para arreglar el cauce del río y evitar futuras inundaciones. Sin embargo, nunca se llegó a iniciar ninguna obra que cumpliese con aquel compromiso.

En resumen, fue una situación muy dura para todo el pueblo, pero con lo que hay que quedarse de todo esto es con que, ante un momento tan difícil, toda la gente colaboró y se unió para que se pudiese salir lo antes posible. Todo aquel que pudo se volcó en el trabajo, e hizo lo que pudo para colaborar, algo por lo que los trabajadores estuvieron, y siempre estarán, muy agradecidos.

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