Cipriano con el carru y les vaques en Cangas de Arriba.
Claudia Otero, Luana Crespo y Estefanía Diez.
En Cangas de Arriba hay dos barrios uno que va desde El Pandal hasta la Casa del Cura, que era la rectoral vieja, y otro que va desde ella hasta El Cargadero. En este barrio alto había vecinos que tenían como segunda ocupación, por así decirlo, la artesanía, pues ellos eran labradores y ganaderos (aunque en menor medida).
Los artesanos eran maconeros (hacían maconas, cestos muy grandes para llevar la hierba o pación del prado a la cuadra). El último maconero era conocido por los vecinos como Sidro, que viene de Isidro.
También había dos familias de cesteros. Hacían cestos más pequeños -de mimbre- que luego vendían en el mercado de Cangas de Onís, como se puede ver en la imagen adjunta.
Los cesteros que aún recuerdan algunos vecinos eran Felisa y Lola -madre e hija- y, por otra parte, Pepe y Antonia. En cuanto a los alfareros, que había varios, el más conocido fue Resalau (y también el último). Fabricaba especialmente pucheros y botijos; estos últimos le dieron gran fama, pues eran de gran utilidad. En las casas no había agua y los botijos se empleaban para mantener bien fría el agua que se traía de las fuentes. Los recipientes se volvieron tan populares que acabaron dando nombre a los habitantes de Cangas, todavía hoy conocidos como «botijos».
También había un herrero, que se llamaba Ramón de Eduardo, (conocido así por ser hijo de Eduardo). El herrero era necesario para todo el ganado de los alrededores, y trabajaba en Cangas de Arriba, en el barrio conocido como el de “Los Fareros”.
También había una tejera en “Pandu”(el nombre del prado donde estaba la tejera), con el horno correspondiente. De los nombres de los trabajadores sólo hemos podido recuperar tres, aunque posiblemente hubiese más tejeros. Eran Lolo el de Tana (Tana era su madre, una mujer soltera), Lin y Perrinos (apodo por el que era conocido este último).
En la parte más baja de Cangas de Arriba se ubicaban algunos madreñeros. Vendían las maderas en el mercado de Cangas todos los domingos, y eran conocidos por el nombre de Herminio, Manuel y Fernando.
El mercado dominical era muy importante, y se extendía entre El Robledal y el Campu de Les Vares. Se llamaba así porque era el lugar en que se entregaban los bastones de mando a los ediles. Este campo separaba lo que era Cangas de Arriba de lo que, más tarde, fue Cangas de Abajo o Cangas a secas.
Fuentes:
- Vecinos de Cangas de Arriba: documentación oral e imágenes. Cangas de Onís, 12/01/2022.