Obra «Plaza de San Pelayo un día de comedias».

Estefanía Diez, Claudia Otero y Luana Crespo.

José Ramón Zaragoza Fernández fue un artista español, nacido en Cangas de Onís (Asturias) el 16 de marzo de 1874 fruto del matrimonio de don Alejandro Zaragoza Ucio, natural y vecino de Cangas de Onís, con doña Engracia Fernández Pando, natural de Margolles. Fue bautizado ese mismo día en la iglesia de Santa María por el canónigo de Covadonga don Braulio Quiñones.

Desde muy joven apuntaba dotes e ingenio de artista, quizás heredadas de su padre, quien, además de ser capaz de construir molinos, tallar cristos en madera o construir un Teatro, era aficionado a la minería y a la mecánica. Muchos de los molinos del concejo y de los alrededores, así como ingeniosas máquinas para mejorar los trabajos agrícolas fueron obra de don Alejandro, que también construyó por completo el Teatro Zaragoza de Cangas de Onís hoy tristemente ya desaparecido, el teatro se ubicaba en el número veintisiete de la calle San Pelayo, a tan sólo unos metros de su casa. [1]

Cuando tan sólo contaba con diecisiete años, hace una vista de la cueva de Covadonga en la que se ve el camarín de la Virgen, un retrato del obispo de la diócesis don Benito Sanz y Forés. Dos años más tarde, pintó el retrato de la infanta Isabel que se conserva en el Salón de Recepciones del Real Sitio. Además, tras la muerte del canónigo, con el que entablaba una estrecha amistad, lo inmortalizó en dos retratos realizados a partir de unas fotografías familiares. 

Comenzó sus estudios de arte en la Escuela de Bellas Artes de San Salvador de Oviedo. 

Obra «Mujer Bretona».

Ambos cuadros, según su propietario, han sido muy difíciles de conseguir debido a que han llegado de una subasta desde Canadá. [2]

En 1892 se presentó a la Exposición Internacional en Madrid con la obra Costumbres de la Riera y en 1897 la Exposición Nacional le otorgó una mención honorífica por la obra La lección, además, la Diputación Provincial de Oviedo le dio una pensión para estudiar en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid. Realizó sus estudios con notas honoríficas (como en  Teoría e Historia de las Bellas Artes), con una medalla en Perspectiva, Dibujo Antiguo, Anatomía y Dibujo del Natural, también, recibió un premio en metálico en Colorido y composición. 

En 1901 ganó una medalla de plata con su obra El niño enfermo (que se encuentra en el Ayuntamiento de Oviedo) en la Exposición Nacional.

En 1904 obtuvo a través de una oposición una pensión en la Academia de España en Roma. Su estancia en Roma y su estudios en la Academia fueron decisivos para el desarrollo plástico en sus retratos y en sus obras decorativas de léxico barroquizante.

Entre 1907 y 1909 estuvo viajando por Europa y visitó ciudades como Roma, Barcelona, París, Londres, Brujas, Bruselas, Gante, Berlín, Estrasburgo y Colmar en busca de conocer directamente las grades obras de los maestros de la pintura. 

En 1915 le otorgaron la primera medalla en la Exposición Nacional por su obra Me. Th. Stanton (Museo del Prado).

Empezó como profesor en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid en 1928 y en 1948 formó parte de los miembros de la Real Académica de Bellas Artes de San Fernando.

Entre sus obras más importantes se encuentra las obras de Orfeo en los Infiernos ( Ministerio de Asuntos Exteriores, Madrid) y la de Prometo encadenado (Museo Casa Natal de Jovellanos, Gijón).

Finalmente falleció el 29 de julio de 1949 en Alpedrete (Madrid) siendo enterrado al día siguiente en la Sacramental de San Justo. [1]

Durante su carrera pintó varios maconeros, herreros y madreñeros sobre todo de la zona de Avalle; además, en alguna ocasión el dueño del cortijo de Contralquil le mandó pintar un cuadro, él cual al no gustarle le clavó un paraguas (ese cuadro todavía pertenece a una familia de Cangas).

Muchos de los cuadros de los costumbristas se encuentran en la Diputación provincial junto con el cuadro de un Toro Escocés, que tuvo muchas críticas por la luz que le dió y llegaron a decir que si se había tragado bombillas.

A día de hoy, en Cangas de Onís hay un calle en su honor. Es una de las bocacalles que une la Avenida Castilla con la calle Calzada de Ponga ( concretamente es la segunda bocacalle a mano izquierda de la Avenida Castilla si vamos desde Arriondas) .

Placa del nombre de la calle. Imagen: Luana Crespo.

Fuentes:

  • [1] Libro: Banco Herrero,1977. Pintores Asturianos.
  • [2] Imágenes y documentación sobre los cuadros: Javi Remís.