Jóvenes de Arriondas estudiantes del IES Rey Pelayo (Andy Bustillo)
La presión por llegar a la ansiada nota de corte
Hoy, estudiar es un lujo que todos nos podemos permitir gracias a la educación pública y gran oferta de becas en las que nos podemos amparar. Pero no toda la gente puede estudiar lo que finalmente desea debido a las notas de corte impuestas por las Universidades, que han frustrado ya más de un sueño por una simple décima que -seguramente- no representa el esfuerzo agotador que la mayoría de estudiantes realizan a diario.
¿Es esta educación sana para nuestra generación?
«Caída de pelo, acné, dermatitis, problemas digestivos, pérdida de la regla, insomnio, falta de apetito, alteraciones hormonales y metabólicas que los llevan a caer en el pozo. En 2.º de bachillerato muchos sufren los primeros ataques de pánico y comienzan a medicarse con ansiolíticos y antidepresivos.» en palabras de José Manuel Suárez Sandomingo, Presidente de la Asociación Profesional de Pedagogos de Galicia. En vista de lo evidente, es obvio que nuestro sistema educativo no es el mejor ni de lejos, con un fracaso escolar muy alto y secuelas en la mayoría de estudiantes; es obvio que ha de cambiar el modelo educativo de este país. Vivimos en un sistema educativo que nos trata como números, interpretando nuestras capacidades a partir de una prueba de 55 minutos, determinando nuestro nivel de conocimiento en una nota, un simple número después del 2º de Bachillerato que decidirá nuestro fututo. No serán ni nuestras ganas, ilusión o empeño el que lo decida: esa simple nota será la encargada.
¿Una juventud echada a perder?
Y el deber de llegar a esa nota tan deseada nos priva de lo mas importante: disfrutar de nosotros mismos, salir a correr, ir de fiesta un sábado, o simplemente echar una siesta después de comer tras un día de clase. Estamos desde las 8 de la mañana hasta que nos acostamos sin parar de estudiar; todos los trabajos tienen horario pero el del estudiante no.
¿Un buen sistema hace que los jóvenes renuncien a ser ellos mismos? ¿A estudiar hasta dormirse sobre su escritorio? ¿A llorar por no llegar hasta dónde tiene que llegar pese a haberlo dado todo?. Yo diría que no, pero para los gobernantes de este país, es uno de los mejores sistemas educativos del mundo, ¿Habrán sufrido ellos lo mismo que nosotros?
Fuentes: «Pérdida de la regla, caída de pelo y descontrol alimentario: el estrés en 2.º de bachillerato», Sandra Faginas para «La voz de Galicia»