Fotografía de los aguinalderos en la carretera general de Sellaño emprendiendo su ruta hacia el pueblo de Priesca. Cedida por Dámaso Rodríguez. 27/02/2022
Historia y tradición pongueta del Aguinaldo en la Parroquia de Cazo.
Marta Herrero, Iker Garmilla, Antonio González. 2021-2022
El domingo 23 de febrero de 2020 tuvo lugar la última celebración del Aguinaldo de la Parroquia de Cazo, que comprende los pueblos y aldeas de Sellaño, Cazo, Ambingue, Los Lladeros, Cortes, Tribierto y Priesca.
19 días después, el 13 de marzo de 2020, se decretaba en España el estado de alarma. La pandemia de la COVID-19 dejó a los cazuecos sin su Aguinaldo en 2021, pero este año la fiesta ha vuelto a los pueblos ponguetos. La celebración tuvo una gran acogida por parte de los vecinos, que llevaban dos años esperando sus fiestas con emoción.
Mientras que en los pueblos de Sobrefoz, Abiegos y San Juan de Beleño, con su famoso Guirria, el Aguinaldo se celebra el día uno de enero, en Sellaño la tradición es otra. Los mozos y mozas solteros de la parroquia salen a correr el Aguinaldo el domingo de la semana de carnaval, y el sábado de la semana siguiente, tras la costillada anual de los vecinos de Sellaño y alrededores, se celebra la verbena. Este año, algunos niños y niñas de los pueblos cercanos se animaron a ir disfrazados para celebrar el Aguinaldo.
Como marca la tradición, los aguinalderos adornan a sus caballos con el ramu, una vistosa y colorida corona con cintas, lazos y flores. Casa por casa, van cantando y pidiendo el aguinaldo, realizando año tras año el mismo trayecto: a las once de la mañana salen de Sellaño para recorrer los pueblos de Cazo, Ambingue y Los Lladeros. A las dos de la tarde regresan a Sellaño, donde les espera en la Plaza de la Calzada el tradicional reparto de empandas, borona, rosquillas y frixuelos, que comparten con todos los asistentes. Tras la pausa para recuperar fuerzas, los aguinalderos continuan su recorrido por Priesca, Cortes y Tribierto. Finalmente, vuelven a bajar a Sellaño, donde cierra la celebración.
En todo el concejo de Ponga y en muchas otras zonas rurales, donde la población está muy envejecida, existe una gran preocupación por el futuro de celebraciones como el Aguinaldo o las fiestas patronales. Cada vez son menos los mozos y mozas que corren el Aguinaldo, unos porque van creciendo y otros porque se marchan de los pueblos. Lo mismo pasa con las comisiones de fiestas en los pueblos pequeños: cuando las personas que ahora organizan las fiestas se vean en la situación de pasar el testigo a una siguiente generación, ¿a quién lo harán si los pueblos se quedan sin jóvenes?
- INFORMADORA: Xana Alas Huerta, 16 años. Estudiante, vecina de Sellaño.