Costa de Puerto de Vega, detrás de la capilla de La Atalaya. Imagen: Diego González.
Adriel Gómez, Almudena Recuero, Diego González, Sheila Noriega.
Desde que, en el 2020, se declarara el estado de alarma debido a la pandemia, todos hemos sufrido algún tipo de consecuencia. Desde los médicos, que, saturados y en malas condiciones, no pararon de ejercer su profesión, pasando por el cierre de muchos comercios, en su mayoría pequeños, y acabando con el cese de las actividades multitudinarias. Pero parece que, al fin, se ve una salida y una vuelta a la normalidad. Esto es apreciable en el gran número de festivales de música que hay anunciados, sobre todo para el verano. Pero ya ha habido alguno que otro, como es el caso de PERVERSIONES. Este festival lo organiza la asociación Unirock y esta situado en Puerto Vega, en el concejo de Navia, en el occidente del Principado de Asturias.
Puerto Vega es un pueblo costero con mucho turismo, atraído por su buena gastronomía -a base de animales marinos- así como por sus espectaculares vistas al mar, como se aprecia en la imagen. Pero ademas de eso, Puerto Vega tiene una gran cultura musical, sobre todo de géneros como el rock, el metal o el blues. Esto provoca que muchos de sus habitantes empiecen a tocar diversos instrumentos y empiecen a formarse grupos. Pero el declive de los pubs roqueros y el cierre de muchos de ellos dificulta a estos grupos el tocar ante un público. Es entonces cuando surge la asociación Unirock y hacen su propio festival ahí, en su pueblo. El festival lleva el nombre de la Asociación y suele celebrarse en agosto. A su vez, surgió la idea de hacer un concurso de versiones, pues esa era la modalidad más practicada por la mayoría de grupos locales. Y de ahí surge el festival y el nombre que nos compete, «PERVERSIONES», por la tendencia de los grupos locales a coger canciones pop y «pervertirlas» a géneros más «cañeros».
Ya pasando a lo que es el festival, este se dividía en dos partes. La primera era la hora de la apertura, a las 13:00, y la «sesión bermú» y la segunda empezaba a las 8, con un dúo de guitarras y versiones relajadas de diversas canciones. Lo fuerte empezaría a partir de las diez. El lugar en que se celebraba el concierto era una plaza al lado de un parque cerca del puerto. En la plaza había una carpa blanca y a la izquierda de la entrada había una caseta con información sobre el evento, donde se ofrecía también la posibilidad de hacerse socio de de Unirock.
Ya dentro de la carpa, a la derecha, había una mesa donde se cobraban y facilitaban las entradas, a partir de las 20:00. Un poco más a la derecha, un puesto de comida; y a su izquierda, unas mesas. Más adelante, a la izquierda, te encontrabas un puesto con camisetas y accesorios de Unirock, donde tenias que comprar un vaso, pues en la barra, que estaba al lado del puesto, no lo daban por motivos medioambientales. A continuación, en el centro, estaba la mesa de sonido, y en la parte frontal el escenario.
Pasando ahora a los acontecimientos, durante la «sesión bermú» el grupo local Perro Blanco-Blues tocó tanto versiones como canciones propias. Durante el bis que se hizo ante la petición del público, el cantante contó las historias en las que estaban inspiradas sus canciones (los géneros eran muy variados desde cauntrie o blues pasando tambien por rock y una mezcla de estos). Una de las canciones estaba basada en la historia real de un chica preciosa, dicho en palabras del cantante «estaba buenísima», y ella se quejaba de lo difícil que era mantenerse así. Pero todo llega a su fin y esta chica contrajo una adicción al chocolate, el de comer (esto hubo que aclararlo en el acto para que no hubiera malentendidos), provocando la pérdida de su figura. De esta historia nace una canción muy buena y divertida.
En el momento del concurso, Carmen, la presentadora habitual empezó a dar paso a un sin fin de grupos, alargando el concurso hasta la 1:30 de la madrugada. Durante el concurso se hicieron versiones, cada cual más «pervertida», de canciones míticas como «Morir así es morir de amor» de Camilo Sesto o «Un Beso y una Flor» de Nino Bravo. Pero el culmen del concurso llegaría con la penúltima canción, una versión de «Baila el chiki chik» de David Fernández Ortiz. La canción provocaría una excitación del público tal que, al decidirse el concurso en parte por un jurado y en parte por el público, acabaría ganando el concurso, quedando en segundo lugar la canción de Camilo Sesto nombrada.
Para terminar me gustaría citar el mensaje que dejó el cantante de Perro Blanco-Blues, que me llegó al corazón: «Durante la vida vas a ver cómo personas que siempre han estado contigo desaparecen y cómo otras personas aparecen de repente en tu vida. Pero hay una magia que tiene la música que hace que no conozcas a personas ni que te hagas su amigo, sino que hace que sean tus hermanos«.
Foto por Carmen del público al final del concurso