Croquis de las galerías.
César Campillo Alonso, Erik Gómez Morales.
A las alturas de las últimas casas del pueblo de Carreña, se encuentra la mineralización de La Sierre, rica en cobre, cobalto y níquel. La explotación se inició en el primer tercio del siglo XIX y se mantuvo hasta la década de los 50 del siglo pasado. La principal empresa explotadora fue la »Sociedad Cántabra», que intentó instalar un horno de fundición en Langreo para trabajar el mineral, pero al final no tuvo éxito.
La mina se constituye de tres niveles: el primero, una galería accesible, cuenta con un lago. El segundo, unos 20 metros más arriba, se compone de una torca que se comunica con la galería, y se utilizaba para bajar el mineral que procedía del tercer nivel. Ese tercer nivel consta de dos partes: una serie de galerías comunicadas entre sí y un socavón con varias galerías en el interior. El acceso -como se aprecia en la imagen- está anulado para evitar la entrada de personas a los pozos y lagos que contiene.
La dificultad en el aprovechamiento de las menas motivó varios experimentos del Instituto de Química Aplicada de la Universidad de Oviedo, con el fin encontrar una mecánica para extraer el mineral. Consiguieron una por flotación, empleando amilxantato de potasio como colector, sistema con el que se obtuvieron resultados que duplicaban los conseguidos hasta entonces.
El proceso de transporte de las menas fue muy variado: por cable, en vagonetas, por animales y, en sus orígenes, por la mano del hombre. El mineral se conducía en carrocetas hasta Ribadesella, desde donde los barcos mercantes lo conducían hasta los mercados ingleses.
GUTIERRÉZ CLAVEROL, Manuel y LUQUE CABAL, Carlos (2000): La Minería en los Picos de Europa