En la montaña leonesa

SM

La leña es una materia prima esencial para los habitantes de los pueblos, quienes acostumbran a tener una chimenea como medio para calentarse durante el frío invierno, o también para las cocinas. Por lo que es necesario, o bien recoger la leña, o comprarla. En la actualidad, para recogerla en los bosques leoneses hay que seguir una determinada normativa, pues aunque los terrenos comunes del monte pertenecen a las Juntas Vecinales de cada pueblo, su uso está gestionado por la Junta de Castilla y León.

Todos los vecinos tienen derecho a la recolección de leña, aunque tienen que solicitar un permiso que les indica la cantidad adjudicada a cada uno. El permiso tiene que ser solicitado al presidente de la Junta Vecinal, quien remite la solicitud a la Junta de Castilla y León. La Guardería forestal (1) «marca» en el monte los árboles que se pueden cortar, adjudicando a cada vecino una «suerte» (2).

El periodo autorizado para la tala comienza en septiembre, para evitar incendios forestales, y dura hasta finales de año.

Tradicionalmente, la tala de la leña se realizaba con hachas, pero en la actualidad se hace la corta con motosierras. En lugares difíciles se arrastra con tractores hasta los caminos, donde se carga y se traslada en remolques hasta cada casa. Una vez en las viviendas, la leña se corta según la necesidad del consumidor, dependiendo del grosor.

Debido a la despoblación, cada vez es más frecuente la contratación de brigadas para cortar árboles y para la limpieza de los montes; en algunos casos se hacen subastas de leña en el monte para que haga la tala el adjudicatario de la subasta.

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(1) Guardería forestal: conjunto de guardas forestales

(2) Suerte: conjunto de árboles a cortar por vecino

Fuente: ALONSO ALLER, Alberto (“Chirri”). Transmisión oral (2022)