Antonino en su tienda «Reparación de Calzados Nino». (Archivo familiar, h. 2000)
SM
Antonino Ciciró Greco fue el último artesano dedicado a la reparación de calzado en Cangas de Onís. Su tienda, «Reparación de Calzados Nino», estuvo abierta desde 1985 hasta 2011 en la Calle San Pelayo donde se encuentra actualmente la frutería «Sabores del Paraíso».
Antonino es de origen italiano: nació en Sicilia, en 1946. Después de ir cinco años al colegio, aprendió el oficio con un amigo de la familia. Allí le enseñaron a hacer zapatos artesanalmente, pues en aquella época las tiendas que conocemos hoy no existían, y el calzado se hacía a medida. Para cada par de zapatos, había que trazar el perfil del pie en un papel para medir el ancho, el largo, y el empeine; con esas medidas se hacía un molde de madera (1). Sobre el molde se colocaba la suela y la piel cortada con las tijeras de zapatero (5). Con clavos se unían las diferentes partes, que luego se cosían usando la lezna (4). Posteriormente se les añadían capas de goma para formar el tacón, que se rebajaban usando el cuchillo (6), hasta que tuviera el grosor deseado (2,5 cm generalmente para los caballeros). Finalmente los zapatos se remataban con la lima (3).
Después de 4 años trabajando como zapatero, se mudó a Alemania, donde encontró trabajo en una fábrica de detergentes. Pero hasta que se estableció en Asturias, no volvió a dedicarse a lo suyo. Su familia abrió una tienda de ropa interior (que sigue abierta en la actualidad, «Baby»), donde él no se sentía cómodo. Aprovechando que no había ningún zapatero en el pueblo, y existía enfrente un local vacío, abrió «Reparación de Calzados Nino«. Sin embargo, no volvió a la fabricación artesanal de zapatos sino que se dedicó a su reparación. Para ello, contaba con un banco de finisaje (7), que facilitaba la tarea de rematar los zapatos, y hacía que parecieran sacados de una fábrica.
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Fuente: CICIRÓ GRECO, Antonino. Transmisión oral (2022)