Colmenas en San Cristóbal de Oscos.

Jesús Lafuente, Marcos Soberón y Julen Sánchez.

Una de las leyendas más populares de San Cristóbal de Oscos es la de «El Oso y la Miel».

Cuenta la leyenda que hace muchos años, en las montañas de San Cristóbal vivía un oso muy astuto que sabía como conseguir miel de las colmenas.

Una noche, mientras el oso disfrutaba de un banquete de miel, un joven cazador lo descubrió y comenzó a perseguirlo. El oso huyó hacia el bosque, pero el cazador lo siguió y la persecución duró varias horas. Finalmente, el cansancio obligó al oso a refugiarse en una cueva cercana. El cazador, creyendo que lo había atrapado, bloqueó la entrada de la cueva con una enorme piedra y se fue a contar su hazaña a todo el pueblo.

Después de varios días, los vecinos de San Cristóbal comenzaron a sentir un fuerte olor a miel en el aire. Se dieron cuenta de que el oso aún estaba vivo y que la miel que había comido estaba fermentando en su estómago, lo que había hecho que su cuerpo liberar una fuerte fragancia.

Corrieron hacia la cueva y encontraron al oso aún vivo, pero muy debilitado. Desbloquearon la entrada y ayudaron al animal a salir. El oso se recuperó rápidamente y, agradecido por la ayuda de los aldeanos, nunca más volvió a robar miel de sus colmenas.

Desde entonces, se dice que el aroma de la miel fermentada que salió del cuerpo del oso se ha convertido en una señal para los habitantes de San Cristóbal de Oscos de que llega la época de la cosecha de miel.

Fuentes orales:

  • Francisco Fernández Jardón, antiguo vecino de San Cristóbal, 87 años.