Vaca en el puerto de Canales. Cabrales, 13 de julio de 2023. Javier Rojo.
¿Cómo es un año para los ganaderos de Cabrales?
Javier Rojo Fernández y Saúl Díaz Marques
En Cabrales, los ganaderos siguen el periodo anual de trabajo propio de su oficio.
Un ganadero que quiere vivir del campo debe tener sobre unas 80 cabezas de ganado aproximadamente, pues si tiene menos ni tan siquiera se cubrirían los gastos de producción.
A principios del año, el ganado se encuentra estabulado. Durante esta etapa los ganaderos atienden exhaustivamente las necesidades de los animales: limpian la cuadra, ceban el ganado, atienden los partos (si se necesita con asesoramiento veterinario), etc. Si se trata de vacas lecheras, permanecen en las naves durante la mayor tiempo del año ya que necesitan mayores cuidados que las vacas de carne.
Llegada la primavera y el buen tiempo los trabajadores distribuyen el ganado por las praderías, dejando algunas de ellas vacías y, cuando los animales terminan la «pación» de las ocupadas, es trasladado a aquellas que tienen mucha hierba, para continuar así la rotación de pastos.
Durante el verano los ganaderos cabraliegos suben a los puertos con su ganado mientras los prados cercanos a los pueblos se recuperan. El objetivo es el de segarlos y conseguir hierba para el invierno, cuando se encuentran estabulados.
Habitualmente, los ganaderos suelen subir una o dos veces por semana a los puertos para revisar si los animales están bien, pues existen muchos depredadores en los montes asturianos. Su mayor amenaza son los lobos, motivo por el que algunos ganaderos deciden pasar noches en el monte vigilando. Hoy, el ganado que más abunda en los puertos son las vacas, pues ovejas y cabras son más vulnerables a los ataques del lobo. Lo que deriva en otro problema: la escasez de ganado ovino y caprino en los montes fomenta el crecimiento de malas hierbas, como la cotolla, de las que la reciella (el ganado menor) se alimenta, dificultando su propagación porque se comen los brotes verdes. Este tipo de plantas supone un problema para tanto para ganaderos como para senderistas, pues dificultan el pastoreo y los paseos por el monte.
Entre mediados de agosto y principios de septiembre, los pastores destetan a las crías de sus madres y las lleva a la bajura. Y con el final del verano llega la etapa del saneamiento, periodo de revisión de enfermedades comunes, como la brucelosis y la tuberculosis. En el caso del ganado bovino, el saneamiento es anual: bajan las vacas del monte y se concentran en el lugar donde se lleva a cabo la revisión veterinaria, realizado por técnicos de la Conserjería de Medio Rural con la ayuda de los pastores de la zona. Si se detecta alguna enfermedad, el animal quedará inmovilizado un mínimo de 40 días, tras los que regresarán los veterinarios y se repetirá la revisión. Si la res vuelve a dar positivo, el pastor se verá obligado a sacrificar el animal enviándolo al matadero.
Tras el saneamiento, los animales son distribuidos por los prados de la zona, dejando el puerto vacío, repitiéndose el proceso de la primavera; y al acercarse los últimos meses del año, se retoma la estabulación y el ciclo anual comienza de nuevo.
Fuente: Amador Rojo y Fernando José Díaz, ganaderos de Cabrales (testimonio personal)