Fotografía obtenida de Internet, sobre la adicción de los jóvenes a las redes.

Autores: Álvaro Pérez Zaragoza y Noa Martínez Martínez

En la actualidad, las redes sociales se han convertido en una parte esencial de la vida de la gente. Aplicaciones como Instagram, TikTok o Twitter han cambiado la forma de comunicarse e interactuar de los jóvenes en el mundo. Aunque las redes sociales tienen algunos beneficios, también pueden comportar desventajas.

Una de las más notables es la influencia en la imagen corporal. Muchos jóvenes desean tener las características físicas de personas famosas, los «influencers», que a menudo observan en las redes. Ellos quieren cumplir con unas expectativas que en muchos casos no son reales. Además se generan problemas de autoestima o, en casos extremos, trastornos alimenticios graves.

Otro problema es la sensación de soledad o aislamiento: aunque las redes ayuden a interactuar y a desarrollar nuevas amistades, la extrema adicción de algunos adolescentes a ellas, tras muchas horas frente a las pantallas, puede provocar problemas a la hora de socializar y, a su vez, fuerte incomunicación y salud mental.

Como último ejemplo negativo, el ciberacoso también está muy presente en este campo: algunos jóvenes son muy vulnerables al acoso en internet, que se puede dar en forma de insultos, amenazas o difamación y puede causar traumas emocionales o psicológicos.

Sin embargo, no todos los efectos de las redes son negativos: también ofrecen la posibilidad de relacionarse con personas de intereseses en común, acceso a recursos informativos y educativos, y promover causas sociales. Además también ofrecen plataformas para publicar opiniones o participar en debates importantes.

En resumen, las redes sociales tienen un impacto significativo en la juventud, tanto positivo como negativo. Es importante que conozcamos sus riesgos y trabajemos juntos para hacer un uso responsable de ellas.