Diego del Cueto. Creo que presentar un pueblo o comarca como un espacio árido, solitario, que ahoga a sus propios habitantes es donde se comete el mayor error de la película. Y también definirla como relacionada con el medio rural, cuando este aspecto aparece subordinado a un plano secundario.
Eloy Glez. Niembro. Hay una gran diferencia entre las verdaderas zonas rurales y las que se muestran en la película. Para empezar, Orihuela tiene 76.000 habitantes y se presenta como un pueblo completamente desconectado con el mundo exterior.
Mateo F. Obaya. Se quiere representar Orihuela como zona rural, de un modo para nada preciso, estereotipado, como ese lugar monótono, sin encanto, donde todos hacen los mismo y del que los jóvenes tienen ansias de salir.
José Mª Glez de Lena Román. Se nos muestra Orihuela como un pueblo pequeño, aislado, cuando en realidad se trata de un pueblo grande. La camarografía elige una gama muy limitada de escenarios para hacer del lugar un espacio de poca extensión y de apariencia muy rural. Además, la elección de planos busca generar una sensación de zona anticuada, para reafirmar el espíritu de la tradición presente en la película.
Sergio Viego González. Aunque cada pueblo es un mundo distinto, cada uno con sus supersticiones, en todos hay una visión reducida de las cosas y papeles muy claros para hombres y mujeres. En este caso el “pueblo” funciona como una especie de prisión de la que la mayoría no es capaz de salir y se ve obligada a seguir la vida que las tradiciones ordenan.