El autor en la pumarada familiar. A/N.

Álvaro P. Zaragoza y Noa Martínez.

Las pumaradas de Arobes han sido durante décadas una de las principales fuentes de recursos para las familias del pueblo. Vienen siendo aprovechadas desde inicios del siglo XX, por los vecinos del entorno.

Una de ellas pertenece a la familia de Álvaro, uno de los autores de este artículo, que la cuidaba directamente, aunque a veces concertaba su explotación con un «llevador», que entregaba una parte de la cosecha a cambio. En otras ocasiones se recogía y disfrutaba en común, con vecinos del pueblo. Francisco Pérez, padre de Álvaro, guarda recuerdos de su edad temprana, ayudando a la recolección de manzanas en la pomarada.

El método de recolección era sencillo: se recogían todas las manzanas y se iban agrupando en calderos, que se transportaban a casa. Allí se escogían las que estaban buenas y se desechaban las podridas. Después, la mayor parte se destinaba a la venta y la restante quedaba en casa, para el consumo de la familia.

A Pilar Pérez Cayarga, tía de Álvaro, su padre le daba 1 perrona (10 perronas = 1 peseta) por cada caldero de manzanas que recogiera. Ella recuerda especialmente el día en que llegó a recoger cien calderos de manzanas y consiguió 10 pesetas.

Fuentes:

Pilar Pérez Cayarga

Francisco Pérez Cayarga