Naciones que han suscrito el acuerdo en contra de la producción y compras de bombas de racimo, pero muchos no han suspendido su uso. Fuente: Wikipedia. P Tasso.

Juliet Medina y Olaya Rivero. Los derechos humanos son los que tenemos por nacimiento, sin importar nuestra nacionalidad, sexo, color, religión, etc. Sin embargo hasta 1948 no se hizo un documento legal que estableciese su protección universal. Es el documento más traducido del mundo, y está hay disponible en más de 500 lenguas.

El 10 de diciembre de 2023 se cumplieron 75 años de uno de los compromisos mundiales más revolucionarios, pues desde la declaración los DDHH han sido reconocidos en todo el mundo, extendiéndose actualmente su protección a grupos vulnerables, como las personas con discapacidad, los pueblos indígenas y las personas migrantes.

Sin embargo, durante los últimos años, las pandemias, la desigualdad creciente, el racismo, el cambio climático y, especialmente, las guerras han hecho retroceder su defensa. A su favor contribuyen ONGs dedicadas a ello, como Human Rights Watch.

G. Barrena. En el ámbito de la guerra, Human Rights Watch, denuncia «el uso de las municiones de racimo, que pueden lanzarse desde la superficie mediante artillería, cohetes y proyectiles o arrojarse desde el aire con aviones. Se abren en el aire y dispersan docenas e incluso cientos de submuniciones más pequeñas, también llamadas bombetas, en un área del tamaño de una cuadra en una ciudad. Muchas submuniciones no explotan en el momento del impacto inicial, dejando restos que actúan como minas terrestres y suponen una amenaza para la población civil durante años e incluso décadas.”