Imagen obtenida del perfil de Facebook del Instituto del Tabaco (República Dominicana)..
Adriana Santana. La emigración asturiana a Cuba estuvo relacionada con el desarrollo del llamado «imperio del tabaco», y su posterior expansión a la República Dominicana.
El salto de isla tuvo lugar con ocasión de la revolución comunista iniciada en Cuba en 1959, cuando Fidel Castro llegó al poder. En ese momento, varias familias tabaqueras cubanas de origen asturiano se trasladaron a la República Dominicana. Entre tales familias, expertas en el cultivo y comercialización del tabaco y en la fabricación de puros, debemos mencionar a:
«José Llerandi Mauricio (Pepe) y su hijo Joaquín Llerandi (Quino), a Ramón y Antonio González, Miguel Dosal Llerandi, Félix Mauricio y su hijo Antero, accionistas de la «Compañía de Tabaco Quisqueya», al igual que Manuel Quezada (Manolín) y sus hijos Álvaro y Manuel, quienes operan la empresa «Manipuladora de Tabaco»; lo mismo que «Matasa», que elabora la marca de cigarro José Benito. Ambos grupos -cuyos troncos familiares proceden de Cangas de Onis-, estuvieron vinculados en Cuba a las reconocidas firmas de «Constantino González y Co.», y «Sobrinos de Antero González, S. en C».
De igual manera, José Mendez Ramos, uno de los propietarios de la reconocida empresa cubana «Regalías El Cuño», al establecerse en el Cibao, instaló una procesadora de tripas despalilladas, de calidad premium, empleadas mundialmente para la confección de cigarros; mientras que Benjamín Menéndez es ejecutivo de la firma «General Cigar», subsidiaria de «Culbro Corp.», que fabrica localmente los afamados puros Partagás.
Carlos Toraño, también de origen asturiano, introdujo la variedad de semilla de tabaco conocida como piloto cubano y Olivero Pérez tuvo una activa participación en la organización del movimiento cooperativo de los cosecheros de tabaco de la zona del Cibao, agrupadas en FETAB.» (GARCÍA ARÉVALO, Manuel. Embajada Dominicana en España).