Pilar Pérez y su madre, dos mujeres trabajadoras. Álbum familiar. Ribadesella, h.2000
Explorando a la mujer en la antigua clase obrera
Álvaro P. Zaragoza y Noa Martínez.
La figura materna en la clase obrera hace años desempeñaba un papel crucial. A menudo, las mujeres trabajadoras asumían dobles responsabilidades, combinando el cuidado de sus hogares con trabajos fuera de casa. En aquella época, su contribución al mundo laboral a menudo se subestimaba, ya que se les asignaban roles domésticos, que se consideraban tradicionalmente femeninos.
Estas madres en la clase obrera enfrentaban grandes desafíos, pues trabajaban exageradamente para mantener a sus familias en condiciones económicas difíciles. Sus vidas estaban marcadas por jornadas fuera de lo normal y condiciones laborales pésimas.
La ausencia de derechos y la falta de protección social complicaban aún más sus vidas. A pesar de ello, esas mujeres mostraban una resistencia notable y desempeñaban un papel vital en la transmisión de valores y solidaridad a sus seres queridos.
Cabe resaltar también que no era necesario ser madre de familia para tener que asumir las tareas del hogar: venían asignadas a la condición de mujer. Pilar, tía de Álvaro, en su niñez era la encargada muchas veces de lavar la ropa y planchar, e incluso de cocinar para sus hermanos.
En resumen, la figura femenina en la clase obrera tradicional, además de responsable del cuidado familiar, era también una trabajadora incansable, que sostenía a una familia entera en condiciones desafiantes.
Su papel y su contribución al bienestar colectivo son fundamentales para comprender la complejidad y las dificultades de la vida de las mujeres en el pasado.
Fuentes:
Pilar Pérez Cayarga, testimonio oral.