Pomarada en Villaviciosa.

Jacqueline Acosta y Mara Alonso.

Diego Jose Calvo dejo atrás su carrera como ingeniero técnico industrial para dedicarse a la manzana en unos terrenos familiares que con el tiempo se fueron ampliando. A lo largo de su trayectoria como productor, recibió varios galardones (por ejemplo, el de la “mejor pumarada de Asturias”). 

Diego Calvo nos ha abierto los ojos a un mundo desconocido para muchos de nosotros.  Reproducimos una parte  de lo que que hemos aprendido con él. 

Existen dos tipos de pumaradas: la tradicional y las modernas, las de ahora, dedicadas a la producción intensiva. En las tradicionales los árboles son francos, de semilla, y crecen más que los semi enanos .Es decir, se dejan 3 o 4 ejes principales de los que salen las ramas productivas. Esta modalidad se está perdiendo. Las plantaciones de ahora, dedicadas a producir, son de árboles semi enanos implantados en patrones clonales; no son de semilla. Digamos que son sobre raíces en las que se injerta la variedad de manzana que querríamos cultivar. Las pumaradas ahora suelen plantarse a 3 metros lineales y 6 de calle, para el paso de los tractores. Las tradicionales, se plantaban de 6 por 6, mucha más distancia y tardan más en crecer. Hay que esperar unos 15 años hasta que son productivos, prácticamente el doble que los de ahora y por eso ya nadie planta así.

¿Qué hay que hacer para plantar una pumarada? Lo primero de todo es el terreno, del que se hace un análisis, pues se necesita fósforo y potasio en unas proporciones determinadas. Hay que detectar las cantidades que faltan y añadirlas, si es necesario, para empezar a plantar. Después hay que comprobar la acidez del terreno; si es ácido, hay que añadir cal y si es calizo no hay que hacer nada. Tenemos que dejar el ph neutro para que puedan coger bien los nutrientes. 

   Se planta preferiblemente en línea norte-sur, para una buena insolación. Pero debido a la orografía astur, llena de cuestas, lo primero que hay que mirar es el trabajo para los tractores. Se debe de plantar de arriba a abajo y si es posible lo más norte-sur que se pueda. Luego vendría susorar la tierra, que no es arar sino pasar unas piedras que arañen el terreno. Una vez hecho todo esto se planta en líneas de 3 por 6.