Manzano brotando en Labra, Asturias. 07/04/24. E.D.

Edurne del Dago. 

En Labra no había muchas zonas con manzanos para la elaboración de la sidra. El de la imagen esta ubicado en la finca de Aitor Manuel, una propiedad familiar que fue pasando de generación en generación.

Antiguamente, las manzanas recogidas se utilizaban para el consumo de sidra en el propio pueblo. El bar que había de aquella era conocido como La Manzana de Gómez, y vendía productos de la gente del pueblo. Algunos vecinos aprovechaban para llevar y vender ahí la sidra que sobraba de casa.

En Labra el proceso era el habitual: mayado, prensado y fermentación. Se elaboraba en el llagar de uno de los vecinos pues la familia no contaba con uno propio.

El tipo de manzana era la manzana amariega, una variedad  muy conocida, pero de floración tardía, en árboles de crecimiento lento y de una cantidad muy pobre. Además, no había muchos manzanos, por lo que no se disponía de sidra de modo abundante. Aún así, casi todos los meses del año se vendía sidra en el bar-tienda, pues la repartían para no quedar en ningún momento sin ella, hasta que se volviera a producir.

La venta tampoco era muy elevada, pero era más notoria cerca de fiestas, navidad o cumpleaños. La dificultad de la producción elevaba el coste y no todo el mundo se podía permitir diariamente ese gasto.

Fuente: Aitor Manuel Del Dago.