Galette con Sidra. Imágen: Ji-Elle Wikipedia.
Marta Martínez Cadenaba.
Bretaña es una región de Francia caracterizada por su excelente sidra. Las manzanas en este país son una fruta emblemática, con más de 600 variedades.
Además del color, que va del amarillento al rojo, también es llamativo su sabor ácido y afrutado. Un dato curioso: las manzanas de sidra en Bretaña no son comestibles.
La elaboración sigue el mismo procedimiento que en Asturias: se seleccionan las manzanas, se lavan y se muelen. Después, viene el prensado, para obtener el zumo de la sidra; seguidamente se recoge en barricas donde tiene lugar la fermentación. Por último, se guardará en bodegas durante meses hasta que esté lista para el embotellado y consumo.
El consumo de sidra en el país guarda una estrecha relación con la gastronomía.
El «bolée de cidre» (tazón de sidra) es una pieza tradicional en la vajilla de la región bretona.
Habitualmente se fabricaban en barro cocido y el recipiente se empleaba para tomar sidra o cualquier otro líquido de consumo doméstico. A los pequeños boles, como el de la imagen, se los denomina “bolées”. En Asturias, un elemento equivalente es la zapica, aunque tradicionalmente se fabricaba en madera.