Adán y Eva, por Lucas el Viejo (1526).

Maximino González Díaz y Javier Fernández Valdés.

En la Biblia el manzano o el “árbol del conocimiento del bien y el mal” juega un papel fundamental, dentro de la historia de Adán y Eva, en el libro del Genésis.

Dios crea a Adán y Eva y los mete en el jardín del Edén, prohibiéndoles comer los frutos del árbol. La serpiente aparece como un símbolo de tentación y los engaña para que coman del fruto de dicho árbol, diciéndoles que si comen no morirán sino que sus ojos se abrirán y podrán ser como Dios.

El acto de desobediencia tiene como resultado que Dios expulsa a Adán y Eva del jardín, imponiendo castigos a la humanidad: el dolor en el parto de las mujeres, trabajo duro para los hombres y una vida de lucha contra el pecado.