Un día de fiesta en Cangues, con la xata en rifa desfilando. A la derecha, el Bar Restaurante Campillo, del que se ve una parte del letrero. A la izquierda, al fondo, Casa Bautista, y en el lugar que actualmente ocupa la Farmacia Cinos, Casa Casimiro, otro colmado de ultramarinos. La finca que se aprecia a la izquierda, en un plano medio, era el jardín de la casa de Don Antero, una de tantas valiosas arquitecturas que sucumbió a la especulación urbanística sobre la ciudad. (Gonzalo Barrena).

Marina Alonso Huerta.

En 1948 José Sobrecueva Campillo y Josefina Dosal Martínez abren El Campillo, en la calle del Puente Romano donde ahora está El Sella

En El Campillo paraba el correo que luego iba a pueblos como Oseja o Riaño, además de ser un lugar donde se podían dejar recados o comprar productos, lo que lo convirtió en un foco de interés para la gente. 

Era un local muy grande en el que, además de comidas, se daban también bodas y celebraciones. Una peculiaridad del local fue su servicio nocturno: El Campillo se encontraba en la ruta de los camiones de Castilla, y los camioneros que circulaban de noche, podían picar a un timbre y alguien de la casa se despertaba y prestaba el servicio. En la labor se turnaban semanalmente los empleados y la familia; este servicio era exclusivo para la gente que trabajaba en carretera, mientras que para el resto El Campillo abría a las 6 de la mañana, con tiempo suficiente para preparar los pinchos.

En los años 80, al ser demasiado trabajo para los dueños, cerró el bar como tal, aunque la familia volvió a abrir negocio de restauración en Covadonga, en el local de la antigua estación del tranvía. El modelo, en esta ocasión, sería un self-service, algo muy innovador para la época, con los clientes cogiendo sus bandejas y saliendo a comer al Repelau. A los dueños les proporcionaba notables beneficios, pero el resto de los negocios se resentía. Una oferta de compra terminó de definitivamente con la historia del Campillo como restaurante en Cangas de Onís.

La parada de tren en Covadonga. El segundo por la izquierda era José Sobrecueva Campillo.

Posteriormente, en el emplazamiento del Campillo en la calle del Puente Romano, Luis González de Con abre un nuevo bar El Sella.

Los camareros del Sella en lo que era la barra del Campillo, el segundo empezando por la derecha es Luis «El del Sella» nuevo propietario del local.