Andrea Intriago. La Covadonguina, un bar con 31 años de historia a sus espaldas, y uno de los lugares más entrañables de la localidad de Cangas de Onís, cerró sus puertas en el año 2011.

Estaba ubicado haciendo esquina entre la Calle Emilio Laria y la Calle del Mercado, con José Antonio Fernández y Clementina González, conocida como “Menta”, como titulares. La Covadonguina era mucho más que un simple establecimiento: era todo un lugar de encuentro en la ciudad y un segundo hogar para los clientes.

Inaugurado en 1980, La Covadonguina mantenía la esencia de los años anteriores, con su decoración sencilla y casera. Su enorme puerta de entrada y las grandes letras pintadas que decían “La Covadonga”, se convirtieron en el símbolo más característico del local, aunque todos lo llamaban cariñosamente La Covadonguina.

Durante tres décadas, fue testigo de largas partidas de brisca, tardes de incertidumbre siguiendo partidos de fútbol o, simplemente, de amenas conversaciones entre amigos.

La historia del establecimiento refleja el espíritu de los bares de “toda la vida” en Cangas, lugares que, más allá de sus puertas, guardan historias compartidas y la huella imborrable de sus fieles clientes.