En la memoria local

Lucía F. y Alejandra R. En la localidad de Sotres de Cabrales comenzó a nevar el día 13 de febrero de ese mismo año. Había nevado por navidad, y si bien en el pueblo ya había aterreñau, palabra sotriana para indicar que se había ido la nieve, en la peña la nieve estaba intacta.

La nevada de febrero cayó sobre nieve helada. Las grandes nevadas en Sotres siempre caen en el mes de febrero acompañadas de tormentas eléctricas y mucho granizo. En 41 días se sucedieron cuatro nevadas, una sobre otra sin prácticamente ninguna bocana, palabra asturiana que define el tiempo que transcurre entre una tormenta y la siguiente.

Siendo aquel año bisiesto, del 13 al 29 de febrero y del 27 de marzo hasta el día de San Fernando, que es el 30 de mayo, no aterreñó en Sotres. La cantidad acumulada de nieve llegó a los 3,80 metros y supuso una ruina económica terrible para el autoabastecimiento de la época.

Murió ganado, se hundieron cuadras, era imposible salir del pueblo y además los poverios* añadieron un peligro enorme. Viviendas no destruyó ninguna, tampoco mató persona alguna, pero sí destruyó 33 cuadras entre Sotres y sus majadas.

El camino que baja de Sotres al Teju quedó tapado con la mayor masa de nieve que se haya visto jamás. Bajó un poverio de Deboru y Braniella que llenó las hoyas del riu Cabau, tapó el rio Duje y paso la lengua de nieve hasta la portilla de La Llinariega. Otro poverio bajó de la Pica Entresoles, tapó el rio desde el Vellucu hasta Sotres, arrasó las cabañas de Vellucu y arrancó de cuajo el molin harinero de Juan Fernández Llanes el cual estaba en el prau de La Vega, llamado el Tuero del Molín.

Los arboles, las hayas, las arrastró hasta el pueblo; y cuando aterreñó, la gente hizo un calero con la madera para recomponer con cal y piedra algunas cuadras destruidas, pero esto fue ya en el mes de junio. Las hayas llegaron hasta el Coz de la Puente lugar en el que se encontraba el antiguo puentin de Sotres y allí mismo se hizo el calero.

La mortandad en el ganado fue terrible, la gente quedó arruinada y hasta el día de la Cruz de Mayo no se pudo salir de Sotres. Los vecinos destaparon una ventana de la iglesia y entraron por primera vez en tres meses, sacaron un Tedeum dando las gracias por haber sobrevivido a tal catástrofe.

Las erías del pueblo de Sotres, Viscallana y L’ Agüera, quedaron inservibles aquel año y en 1889 hubo que limpiar de madera y piedras todo lo que los enormes aludes habían bajado. Los siguientes cinco años vieron marchar a familias enteras que habian quedado arruinadas; dichas familias emigraron hacia Argentina, México y Cuba.

Hasta el siglo XX, concretamente en febrero de 1954, no volvió a caer otra nevada tan grande.

  • Poverio: desprendimiento de una masa de nieve en polvo silenciosa de un enorme poder de destrucción; baja cuando hay nieve vieja y helada y cae otra nevada encima. Lo produce el sonido del trueno o el viento que es lo que le hace desprenderse.

Sotres a finales del siglo XX, dibujo de Cristina Fernández González. Antiguo puente ubicado a la entrada del pueblo, en el Coz de la Puente. Fue destruido en torno a los años 1975-1976 debido al soterramiento del cauce del Río.