Exterior de la Escuela-Hogar Reconquista, Adriel Gómez.

Almudena Recuero, Adriel Gómez, Sheila Noriega y Diego González.

En el oriente de Asturias hay 13 concejos (Piloña, Ponga, Parres, Amieva, Caravia, Ribadesella, Cangas de Onís, Llanes, Onís, Ribadedeva, Cabrales, Pellamellera Alta y Pellamellera Baja) con una media de población de 3504 habitantes, desde los 507 de Caravia hasta los 13.611 de Llanes. Esto quiere decir que no hay mucha población en esta parte de Asturias por lo que no todos los concejos cuentan con un instituto. En Cangas de Onís el IES Rey Pelayo cuenta con Educación Secundaria y Bachillerato, por lo que a los concejos de Ponga, Parres, Amieva, Onís, Cangas de Onís, Cabrales y Peñamellera Alta les corresponde cursar dichos estudias en este instituto en concreto. Además es el único centro del oriente de Asturias que cuenta con Bachillerato Artístico, por lo que también vienen personas del resto de concejos de Asturias e incluso de otras Comunidades, como León o Cantabria. Este alumnado, tanto el que cursa el Bachillerato Artístico como los que acuden de otros concejos, como Peñaamellera Alta o algunos pueblos de Cabrales, no cuentan con transporte directo desde su localidad hasta el instituto. Para proporcionar una alternativa, en Cangas de Onís se ubica la Escuela-Hogar Reconquista, lugar en el que estudiantes de Primaria, Secundaria, Bachillerato y Ciclos Formativos residen durante la semana escolar.

La Escuela-Hogar es un edificio amarillo de dos plantas, situado en el entorno del Colegio Reconquista de Cangas de Onís. Cuenta con 4 habitaciones en cada planta aunque una, en la planta baja, se utiliza como almacén. Las habitaciones son muy amplias, con capacidad para 4 camas, 4 armarios, 4 mesitas de noche y un zapatero. Las chicas duermen en las habitaciones de arriba, 3 en cada habitación a excepción de una en la que sólo hay dos. Los chicos por tanto duermen en la planta de abajo, dónde hay más variedad: en una habitación hay tres chicos, en otra dos y en la que queda duerme uno solo. Además de las habitaciones para los estudiantes hay otras cuatro reservadas a los monitores encargados de tutorizar a los residentes.

El edificio cuenta también con tres salas de estudio en la parte de arriba, cada una con mesas de estudio y ordenadores; dos salas de televisión, una grande abajo y otra pequeña arriba; una pequeña cocina para lo indispensable y una sala para cargar los móviles, también en la planta superior; también un despacho y una sala de juegos, con futbolín y mesa de ping-pong, en la planta de abajo. Además de todo ello, hay baños comunitarios en ambas plantas. Cada uno cuenta con 3 retretes, 4 lavabos y 3 duchas, además de un baño reservado para personas con movilidad reducida. Las instalaciones no cuentan con comedor ni cocina para poder preparar las principales comidas, por lo que se desayuna, come y cena en el comedor del colegio.

Sala de estudio central de la Escuela-Hogar Reconquista, Adriel Gómez.

Según los datos que hemos adelantado, este año somos 17 estudiantes, 11 chicas y 6 chicos, de los cuales 15 cursan Bachillerato, uno está haciendo un módulo y una se encuentra en tercero de Secundaria. Los tutores son cuatro, y se turnan de dos en dos durante la semana. De los dos que están por el día, solo uno se queda a dormir, con lo que de lunes a viernes cada día duerme uno distinto en la Escuela-Hogar.

Las normas y horarios que estructuran la vida en el Centro son los siguientes:

  • Nos levantan a las 7:15, y hay que bajar a desayunar entre las 7:40 y las 7:45. Se sale del comedor a partir de las 8:00 para llegar a clase con puntualidad a las 8:15.
  • Se come en torno a las 15:00 h. La hora varía un poco, pues se depende del tiempo que tarden en comer los alumnos del Colegio), y por ello hay que volver a la Escuela antes de esa hora.
  • Después de comer hay un tiempo libre, en el que no se puede salir del recinto de la Escuela-Hogar.
  • A las 16:30 comienza un tiempo de estudio de dos horas, durante el que hay que estar en una de las tres salas mencionadas.
  • A las 18:30 termina el tiempo de estudio, y comienza el tiempo libre que cada uno invierte a su manera. En ese momento, se puede salir fuera del recinto de la Escuela-Hogar.
  • Excepto los miércoles, que son los días de salida y se puede volver a las 20:30, hay que volver al edificio a las 20:00.
  • A las 20:30 se baja a cenar. Al acabar la cena, hay que subir a la Escuela y comienza el tiempo de duchas.
  • Todo el mundo tiene que estar duchado antes de las 22:00 y a las 23:00 tenemos que estar acostados. Antes de ir a dormir, hay que dejar el móvil en la sala de los móviles, que se abre por la mañana antes de ir al instituto.
  • Todos los lunes a las 18:30 se hace el taller de acogida, o «charla» en la que se comentan aspectos a mejorar tanto en el ámbito académico como en el de convivencia, y/o se nos felicita por nuestro comportamiento. Además se nombran los encargados de la semana. Los encargados son los responsables de poner las mesas del desayuno y la cena antes de ir a comer.
  • Además de estos horarios hay una serie de normas que deben cumplirse y que pueden consultarse en la página de la Escuela-Hogar.

https://alojaweb.educastur.es/web/ehreconquista

Puede que describir cómo son las instalaciones y las normas de convivencia de la Escuela-Hogar no muestre exactamente cómo es estar a lo largo de la semana en un sitio como éste. Para comprenderlo mejor hemos entrevistado a la mayor parte de los alumnos para que nos cuenten su experiencia. Hemos añadido el testimonio de Almudena y Adriel ya que también son alumnas de la Escuela-Hogar.

Los jóvenes residentes están de acuerdo en varias cosas pero hay otros aspectos en los que se notan dos posturas totalmente opuestas. Todos los alumnos coinciden en que hay muy buena relación entre ellos, se nota un buen ambiente y en ese sentido están cómodos, aunque es cierto que no todos se relacionan con todos. El otro tema en el que están de acuerdo es en su rechazo hacia el tiempo de estudio. Ninguno está conforme con esa norma. Algunos afirman que debería suprimirse la obligatoriedad, pues son lo suficientemente responsables como para administrar su propio tiempo de estudio. Otros optan por reducirlo a una hora y otros por poder escoger qué dos horas quieren emplear para estudiar.

Sala de juegos Escuela-Hogar Reconquista, Almudena Recuero.

Respecto a las opiniones discordantes aparecen los temas de la comida, relación con los monitores, uso del móvil y horarios. Algunos afirman que las cenas suelen ser bastante buenas pero consideran que en las comidas no hay tanta variedad o no hay platos tan apetecibles. Otros, en cambio, dicen que nunca se queda con hambre, que hay mucha variedad y que comen incluso mejor que en su propia casa. Lo mismo pasa con los monitores. Algunos dicen tener muy buena relación con ellos y que saben ser agradables o estrictos según lo requiera la situación. Otros alumnos opinan que los tutores son poco flexibles o que, a veces, expresan «excesivo sentimiento maternal«.

También hay gente que se encuentra cómoda con los horarios, mientras que otros los desaprueban, pues les parecen algo demasiado monótonos e impiden la diversificación. Las quejas aparecen principalmente dirigidas al horario de tarde y al nocturno, pues mencionan su derecho a elegir la hora de irse a dormir: las once de la noche les parece temprano. También resaltan lo injusto que les parece tener que dejar el móvil en una sala aparte, antes de meterse en la cama, y no poder tenerlo en la mesilla de noche. Sin embargo, otra parte de los residentes opina que es una buena idea, que mejora su descanso y que «Las redes sociales son un peligro para la juventud».

Tras las entrevistas a los jóvenes residentes, llega el turno de que los monitores también expresen su opinión, acerca de este año académico que estamos terminando de cursar.

Respecto a las quejas anteriormente mencionadas, los monitores nos explican las razones de que algunas de estas existan, y otras sean inamovibles. Empezando por las quejas de la comida, que no se habían visto nunca, varios monitores expresan que hacer cambios no está en sus manos, puesto que la comida del mediodía, por ejemplo, es la del comedor del colegio.

Aunque las cenas no hayan recibido muchas críticas, los monitores piden que aportemos ideas para solucionar ese problema, que sean sanas y que ellos puedan implementar. Tampoco pueden hacer ninguna variación en el horario, pues el equipo de cocina tiene unas horas establecidas para trabajar. Además, tampoco pueden cambiar el horario nocturno, debido a que ha de garantizarse el momento de irse a dormir y unas horas adecuadas de sueño.

En cuanto al problema de los móviles, los responsables no han querido hacer ninguna acotación: consideran que es una norma imprescindible. Lo único que están dispuestos a valorar y poner en debate es poder mover la hora de estudio, sin reducir las horas, para que sea más ameno realizarlas. Sin embargo, cabe resaltar que éste es el primer año en el que solo hay un estudio y se puede salir todas las tardes; antes solo se podía salir los miércoles, mientras que los demás días había un segundo estudio y talleres hasta la hora de cenar. Aún así, los monitores comprenden las quejas, y entienden que a estas edades lo normal es querer salir. Recalcan, de todas formas, que esto no es una residencia universitaria, es una Escuela-Hogar, con menores, a la que se viene a estudiar.

En cuanto a su relación con el grupo, varios de ellos afirman notar cierta lejanía con los residentes, aunque dicen que es uno de los años más tranquilos y con mejores resultados académicos. También mencionan su relación con los demás maestros de la escuela, con quienes hay un buen ambiente de trabajo: «somos un equipo», se consultan siempre las decisiones, y cuando se habla, se habla en nombre de todos.