Adriana Santana

Se trata de una joven de 18 años que, según el pueblo, pertenece a una familia de “mujeres malditas” por así decirlo.

En en la localidad donde vive Ana, que es así como se llama Luna en la película, es verano, pero una tormenta amenaza con volver a desbocar el río que la atraviesa. Allí,  una vieja leyenda concuerda con el río: cada vez que se desborda, desaparece alguna mujer. En esta ocasión, sería Ana, la joven de la “familia señalada”, aunque la maldición no fue suficiente para ello ni para imponer sus fantasmas a la relación entre Ana y Jose.

Toda la película se desarrolla entre el realismo absoluto de las riadas de Orihuela y las fantasías sociales o tradicionales de su cultura.