Barril completo de botellas en El Polesu.

Álvaro P. Zaragoza y Noa Martínez.

La sidra es un elemento central en la gastronomía asturiana. Siendo más que una bebida, es una parte fundamental de la cultura y la tradición de la región. Como bebida fermentada de manzana, se sirve en sidrerías, donde se sigue un ritual único en su consumo. El escanciado -verter la sidra desde altura para airearla- es una habilidad que requiere práctica y destreza.

Además de ser una bebida popular, la sidra asturiana también se utiliza en la cocina para realzar el sabor de muchos platos tradicionales. Desde la preparación de la clásica fabada asturiana, hasta los famosos chorizos a la sidra, aporta un toque distintivo y refrescante a las recetas.

En Cangas de Onís, podemos encontrar uno de los restaurantes más característicos en el empleo de la sidra en el oriente asturiano, “El Polesu”. Construido en lo que en el pasado fue un gran llagar de sidra, Este restaurante, ofrece variedad de platos acompañados de sidra, y hace que los consumidores disfruten de una experiencia al completo con la comida en un lugar de tanta historia sidrera.

En Asturias, la sidra no solo se disfruta en ocasiones especiales, sino que forma parte de la vida cotidiana. Es común ver a las familias compartir una botella durante las comidas, disfrutando la convivencia y celebrando la riqueza de su tierra.

La influencia de la sidra en la gastronomía asturiana sobrepasa lo culinario, representando una conexión con la tierra, la historia y las tradiciones de la región. Es un símbolo de identidad cultural que continúa enriqueciendo la experiencia gastronómica de Asturias.